domingo, 22 de abril de 2007

Pata de ternera vs. 3 días de joda



Que las fiestas de casamientos que hacemos en Argentina son muy divertidas no lo discute ni el Rey de España. Todos conocen la escena del tipo que empieza a bailar ahí con la mujer como quien no quiere la cosa y termina con la camisa abierta y la corbata de vincha, sin cortar en ningún momento con el trago que sea. Y también están las modas de los últimos años: la pata de ternera a las 6 de la mañana y la murga. Y con eso decimos que es un fiestón de locos. Pero miren lo que me cuenta mi amiga Salka, una mauritana que colabora conmigo en el diario y con la que me llevo muy bien.
Resulta que en Mauritania (país del Magreb, en África, al lado de Argelia y Marruecos para más datos) las fiestas de casamiento son muy importantes. Antes duraban una semana entera, pero ahora con esto del mundo moderno y qué sé yo, las rebajaron a un par de días. En las bodas mauritanas no existen las tarjetas de invitación. Todo el mundo sabe que puede ir: amigos, familias, vecinos, etc. Por eso, para que no vaya tanta gente indeseable, hacen las fiestas en unos salones afuera de la ciudad o en otro pueblo, para que sólo vayan los que llegan en auto. El morfi arranca temprano y los novios caen en una caravana de autos a las 12 de la noche. Ahí largan con la fiesta hasta las 6 de la mañana. Hay bandas de música, pero no cualquiera, sólo de músicos que pertenecen a un tipo de familia determinada y que son los que pueden tocar en casamientos. Y cuando a la madrugada en Argentina servimos la pata de ternera, estos mauritanos se van a un departamento que se alquilaron y siguen con otra historia: esconder a la novia. ¿Cómo? Juegan al escondido y el novio tiene que encontrar a su novia donde sea. Las amigas de la mina tienen todo preparado y la pueden haber escondido en cualquier lado: en el mismo departamento, en otra ciudad, en el medio del campo o en la casa de una familia desconocida a la que le tocan la puerta a las 7 de la mañana. El novio y sus amigos se las tienen que arreglar para ubicarla. Parece una boludez, pero con el detalle de que si a la tardecita la novia no aparece, las amigas le exigen al chabón otra fiesta descomunal esa misma noche si quiere ver a su mujer. Poniendo estaba la gansa y contratando a los músicos que pidan. Y si al otro día la esconden otra vez, no hay tu tía y se tiene que poner con otra noche más.

Y nosotros con el lemon champ…

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