lunes, 16 de abril de 2007

El burgalés, el chino, el alemán, la colombiana, el chileno, la brasilera, la mauritana y el pakistaní



1/2. Podría ser un anuncio de Benetton, pero falta un grone bien negro. Voy a la presentación del cartel de las Fiestas de Burgos, los Sampedros. Le pusieron Sampedros porque son las fiestas de San Pedro y San Juan, pero a Juan lo dejaron con la lista del súper y Pedro se quedó con todo el laurel. Es muy curioso. Parece que son una división de las fiestas del patrón de Burgos, el San Lesmes. Como el Lesmes nació o se murió en Enero, las fiestas populares eran para cagarse de frío en esa época, así que lo dejaron solo a Lesmes con la fiesta religiosa y a la joda no sé ya cuántos años atrás las pasaron al verano europeo, a fines de junio. En la conferencia de prensa estaba el alcalde de Burgos hablando del cartel y dale con que era burgalés y las letras góticas. Los periodistas éramos cuatro. Nadie preguntaba, tampoco daba para mucho. Y el que hizo el cartel estaba en Alemania haciéndose pasar por alemán con las tres milangas que se ganó de premio. Yo al cartel lo veía chino. Y lo veía chino porque eran como unas cañitas voladoras con sombrero chino y vestidos con ropa de chino. Pero no con la ropa del chino Benítez o el chino Carrasco, era esa ropa que se ven en las pelis que salen chinos caminando entre las plantaciones de arroz. Terminó el alcalde, el mismo que apareció hace unos años en TV explicando cómo se untaban mejor las tostadas con manteca (no es joda), y dejó su valoración: “A mí me gustó”. A mí también me gustó que el alcalde no se haga el cheto con explicaciones rebuscadas, pero como me seguía pareciendo chino abrí la boca y le dije exactamente eso: que al cartel lo veía chino. Se puso colorado como cuando se te nota y me respondió que bueno, que sí, que claro, que sssmmm seguramente. En fin, me dijo que los chinos inventaron la pólvora y más claro echale agua. Yo no sé que opinarán los chinos y los burgaleses de un merengue así, pero en la nota puse eso: que los Gigantones de las fiestas, los personajes que en realidad emulan los fuegos artificiales del cartel, este año venían vestidos de chinos.

2/2 Me estaba tomando una cerveza en un bar cuando me llamó la colombiana que me alquiló el departamento para darme una colcha, porque ya venía unos días durmiendo vestido y cagándome de frío mal. Me encuentro con ella por ahí y en eso aparece la brasilera que vive arriba, blabla quedamos en ir de bares con algún otro vecino. Me quedo charlando de la vida con la colombiana y le caí bien al sobrinito de 8 meses que tenía en un changuito, que se reía todo el tiempo pero sin decir ni mu. Ella se va y yo ya tenía que morfar algo. Al frente de mi casa tengo el chiringuito del pakistaní, que vende unos kebaps buenísimos, unos sánguches de los musulmanes que a la carne la sacan de un masacote de falso cordero que lo tienen ahí como un pollo al spiedo. Le compro uno y se lo pido sin cebolla. “Cebosha, ahhh, argentino”, me dice. Son simpáticos los pakistaníes. Subo a mi casa y me lo cruzo al chileno que vive en el depto. de enfrente. Cuando la colombiana me había dicho que tenía vecino chilote yo le dije en broma “uhhhh, no” en el sentido que ustedes están entendiendo, a lo cual respondió “Sí, él también se entusiasmó cuando le dije que eras argentino”, pero ella sin doble sentido alguno. Me hago el simpático y le tiro la mano al chileno para saludarlo, me larga un Hola más seco que croto de feria, me deja la espalda y se mete a su choza. No se estaba meando. Me deja con la mano en el aire. Al ratito me escribe una mauritana para avisarme de un casamiento marroquí. “Me voy para yah llame mi”, me pone. La llamo y me cuenta cómo es la ceremonia. Al kebap ya lo tenía medio frío en una cajita de cartón sin tapa. Es que el pakistaní no me entendió que era para shebar. Un idioma, o muchos. Y hablamos. Pero con las palabras muchas veces no decimos nada, o no podemos. A veces las balas no entran. Si construimos todo sobre el idioma, mañana puede ser lo que menos importa y no vale una mierda. No siempre podemos ver dónde está la línea por la que estamos “hablando”. Y las balas no entran hasta que entran.

1 comentario:

  1. Hola, aquí una hormiguita viajera igual que vos. Me identifico con tus palabras. Che, no viviremos en el mismo edificio no?..ah no, bueno, mi ciudad adoptiva empieza con B tambien, pero no es Burgos, sino Berlin. Todo con B de Babel.
    te invito a mi Blog (otra vez una B!) y si me dejás tutearte, te saludo de la manera más familiar que tenemos por nuestra Argentina:
    Chau (B)olu....
    Firma:
    http://hormigacolorada.blogspot.com

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